«Se pide el pleno reconocimiento de los decretos del CONCILIO VATICANO II»
El 24 de enero de 2009 se dio a conocer que el Papa revocó la excomunión de algunos obispos de la congregación tradicionalista PIO X. Para los abajo firmantes, este hecho significa readmitir a personas que se han manifestado abiertamente como adversarios de las reformas iniciadas por el Concilio Vaticano II y todavía siguen haciéndolo.
En vista de las declaraciones antisemitas efectuadas por el obispo auxiliar Richard Williamson y sus simpatizantes y de su negación del Holocausto sufrido por los judíos durante la época del nazismo, compartimos la indignación de nuestras hermanas y hermanos de creencia judía. Además, constatamos que la actitud de la congregación PIO X hacia los judíos en general no corresponde a las exigencias del Concilio en cuanto al diálogo judío-cristiano. Nos adherimos a las declaraciones que al respecto emitieron la Conferencia Episcopal de Alemania y el Comité Central de los Católicos alemanes (ZdK), así como también a las posiciones claras formuladas por la Conferencia Episcopal de Francia y otros Obispos.
Los que suscribimos vemos como indicador claro de la línea que se sigue actualmente el hecho de que el Papa Benedicto XVI efectuase dicho levantamiento de la excomunión en un momento tan simbólico, dada la cercanía de la fecha del 50º aniversario del anuncio de la celebración del Concilio Vaticano II por el Papa Juan XXIII. Este giro hacia atrás de la mirada hace temer que algunos sectores de la Iglesia Católica Romana estén regresando al aislamiento ideológico del antimodernismo. En el marco de esta evolución de retroceso se permite que partes de la Iglesia Católica Romana puedan, entre otras muchas actuaciones, oponerse abiertamente al espíritu y a la letra de importantes documentos del Concilio Vaticano II, como p.ej. el Decreto del Ecumenismo, «Unitatis redintegratio»; la Declaración «Nostra aetate» sobre las religiones no cristianas; la Declaración «Dignitatis humanae» sobre la libertad religiosa, así como la Constitución Pastoral «Gaudium et spes» sobre la Iglesia en el mundo actual. Todo ello podría tener repercusiones desastrosas para la credibilidad de la Iglesia Católica que todavía no se pueden estimar en su alcance. Está claro que ese precio es demasiado alto.
Aunque valoramos con respeto los esfuerzos del Papa para salvaguardar la unidad de la Iglesia, nos parece indignante que el nuevo paso del Vaticano hacia el encuentro con el citado movimiento cismático y tradicionalista se haya dado, al parecer, sin poner ninguna condición previa. Aún en junio de 2008 (en el día del 20º aniversario de la excomunión de Lefebvre), la fraternidad sacerdotal PIO X había rechazado una invitación de la Santa Sede a la reconciliación teológica y eclesiástico-disciplinaria, negándose a firmar una declaración de cinco puntos que contenía las condiciones para una posible reintegración en la Iglesia romana.
El regreso a la plena comunidad con la Iglesia católica sólo es posible para aquéllos que respeten sin reserva alguna, de palabra y de hecho los decretos del CONCILIO VATICANO II, tal y como se exige en el Motu Proprio «Summorum Pontificum» sobre el rito antiguo de la misa.
Mientras la curia vaticana se preocupe solamente por las «ovejas perdidas» del ala tradicionalista de la Iglesia, sin anular también las excomuniones de otros afectados, sin revisar los procesos abiertos contra teólogas y teólogos reformistas por sus posturas doctrinales, y sin demostrar su disponibilidad para entablar un diálogo a nivel internacional con los grupos que buscan reformas, la Iglesia Católica Romana sigue siendo un barco que zozobra gravemente.
Essen, 28 de enero de 2009
Responsable: Prof. Dr. Norbert Scholl, Angelhofweg 24 b, 69259 Wilhelmsfeld
Traducción al Castellano: Ursula Lehan & Raquel Mallavibarrena & Georg Küppers